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Muerte en La Calera: no se explica cómo un detenido provocó un incendio en la comisaría

Es una incógnita cómo fue que un hombre terminó envuelto en llamas al lado de una motocicleta que con el incendio hizo explotar el techo del calabozo. Por el hecho dos policías y dos vecinos fueron hospitalizados. Un efectivo está grave.

El incendio y la explosión en la comisaría de La Calera causó la muerte de un detenido por disturbios en un baile.
Actualizada: 08/10/2018 12:20
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Este caso se suma a otros que ya sucedieron en una localidad que no deja de ser protagonista por hechos que conmueven más allá de sus fronteras, donde además las autoridades poco quieren aclarar.

No muy alejado en el tiempo La Calera fue noticia por el asalto violento que sufrió el hijo del exintendente Diego Lorenzetti, ahora detenido bajo la acusación de ser el autor intelectual del asesinato de su esposa Romina Aguilar.

Y sin dudas lo que marcó el pueblo para siempre fue la muerte de esa mujer ocurrido en enero de 2016. Pareciera que desde ese momento, nada es lo mismo; y el dicho “pueblo chico infierno grande” le estaría calzando a medida a la localidad que hasta el 2013 fue manejado por una familia: los Leyes.

Durante más de dos décadas los hermanos Leyes (Mabel, actual senadora provincial y Alberto, secretario legislativo del Senado) rotaron como intendentes. En 2013 perdieron la administración de la comuna pero todavía mantienen una fuerte influencia en el pueblo y el departamento.

Este domingo a las 4 de la tarde, el pueblo dormía, corría viento norte, hacía calor y el único movimiento estaba centrado en la Subcomisaría N° 5 que funciona dentro del mismo edificio de la Municipalidad.

Este domingo, efectivos policiales realizaban pericias en la dependencia.

Como cada vez que algo extraño pasó, la localidad se llenó de policías y los vecinos como si hicieran un pacto, se llamaron a silencio. Al menos 9 vehículos oficiales rodeaban los edificios más importantes del pueblo; la sede policial, el municipio y el salón de fiestas que habría sido el escenario donde comenzó todo.

El Chorrillero viajó hasta el lugar para conocer más detalles de la tragedia donde José Sebastián Jabdor de 36 años perdió la vida; pero los efectivos fueron fieles al silencio que les impusieron desde el ministerio de Seguridad, cuando la noticia se hizo pública.

Justo en ese momento y en el interior de uno de los edificios se encontraba el jefe de la Unidad Regional N° 5, Sergio Elizondo. Pero el funcionario policial no accedió al requerimiento de los periodistas. “Tiene órdenes del Ministerio de no hablar”, fue el mensaje que se encargó de acercar un efectivo.

Por su parte la subjefa de Operaciones, Silvana Sosa que se encontraba como supervisora de turno este domingo, también se acercó al equipo de elchorrillero.com para asegurar que no se brindaría información alrededor del caso.

El intendente, Walter Sosa no estaba en el pueblo, pero en una comunicación telefónica con este medio aseguró que todavía “no estaba claro” cómo habían ocurrido las cosas.

“No lo conocía al vecino. Hace poco que está en el pueblo, me comentaron que fue una o dos veces a la municipalidad pero en ese momento yo no estaba. Debe haber sido el primer baile que haya ido, desconozco si había tenido otros problemas”, dijo el intendente.

También sostuvo que la persona fallecida “se estaba mudando a La Calera, y que tenía su señora”.

En la zona afectada había algunos bomberos y personal de Criminalística levantando las últimas pericias. También efectivos del COAR y de la Caminera.

Ese es el salón donde en la noche del sábado había un baile.

Al mismo tiempo se hacía la limpieza en el interior de la dependencia, y se pudo observar desde afuera cómo retiraban algunas frazadas, un televisor, algunos muebles y otras pocas cosas que quedaron sanas. Se percibía todavía el olor a quemado y el piso estaba inundado, posiblemente con el agua que usaron para apagar las llamas.

Desde la parte trasera es donde se observan los mayores daños que ocasionó la explosión en el techo, inclusive se acumularon en un costado los escombros del material quemado.

“En definitiva es una tragedia, uno no espera que pasen estas cosas. Es un balde de agua fría, como vecinos nos sentimos mal, sobre todo con una persona que vivía allí”, añadió el intendente.

Así como la Policía se mantuvo en silencio (y además pidió varias veces a los periodistas que se retiraran porque estaban trabajando), lo hicieron los vecinos de un pueblo chico, donde todos se conocen y donde la mayoría hasta se muestra desconfiada si tiene que expresar una opinión.

Algunos pocos, que prefirieron mantener su identidad en reserva, coincidieron en que desde un tiempo “pasan cosas extrañas”, y que parece “como que ya nada es como antes”.

A esa altura se sabía que en la noche del sábado hubo un baile en el salón municipal.

Jabdor terminó detenido y trasladado a un calabozo. No se sabe cuánto tiempo pasó encerrado hasta que los policías advirtieron que la celda se había prendido fuego, y que además se había generado una explosión cuando las llamas entraron en contacto con una motocicleta. El hombre fue trasladado al Hospital de la capital pero no sobrevivió.

A través de un comunicado emitido desde el ministerio de Seguridad, se limitaron a informar, 20 horas después del hecho, que el detenido había originado el incendio que le causó la muerte.

La parte trasera de la dependencia, donde se observan los daños del siniestro.

“José Sebastián Jabdor causó disturbios en una fiesta en La Calera, por lo que fue detenido y trasladado a una celda disciplinaria de la comisaría local por averiguación y resistencia a la autoridad”, aseguró la información oficial.

También resaltó que “Jabdor exhibía un marcado estado de violencia y ebriedad”, y que posteriormente “inició un incendio en el lugar por lo que fue trasladado al Hospital San Luis”.

Confirmaron que la investigación la lleva adelante el Juzgado Penal Nº 1 a cargo de Marcos Flores Leyes; y que “al mismo tiempo se iniciaron actuaciones investigativas internas y ocho efectivos policiales se encuentran bajo sumario administrativo”.

En el informe que se distribuyó a la prensa, Elizondo explicó que la víctima “al momento de la detención se encontraba en estado de mucha violencia”, por lo cual fue reducido ya que “causaba disturbios en el salón de fiesta, ocasionándole molestias a una señora de la barra y por eso lo sacaron”.

Por el incendio, además de la víctima fatal fueron trasladados al hospital los oficiales Leandro Pereyra y Marcelo Garay, y los civiles César Moyano y Walter Moyano.

Se supo que Pereyra tiene un cuadro complicado y su estado es grave; está internado en una clínica privada. El otro efectivo “sufrió una herida por parte de Jabdor en el momento de la detención”.

Al menos 9 móviles oficiales estuvieron todo el día afectados a la tarea policial.

El fallecido es oriundo de Mendoza, y en ese pueblo tiene familiares. Tal vez por eso los vecinos no conocen y no supieron decir si antes estuvo involucrado en algún incidente.

Lo cierto es que en las redes sociales algunos familiares salieron a cuestionar detalles no menores que encendieron la alarma sobre la negligencia policial.

Por ejemplo, ¿por qué no despojaron de sus elementos al detenido antes de encerrarlo? O ¿por qué había una moto en la misma celda?

Al intendente le dijeron que la moto estaba muy cerca de la celda: “Estaba adentro de la comisaría, cerca del calabozo, estaba prácticamente a mano. El dueño de la moto no era el chico. Había sido secuestrada antes a otra persona”.

Esos interrogantes no fueron respondidos por las fuentes oficiales que durante todo el día estuvieron levantando indicios; y como nada está claro, las dudas alrededor de una muerte que toma trascendencia porque sucedió en una dependencia pública, siguen sin ser despejadas.

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